La responsabilidad de ser libres

Leña

Yo soy el mayor de tres hermanos. Y en mi caso la palabra «mayor» es de verdad porque le llevo 10 años a mi hermano y 12 a mi hermana.

Mi hermano Mariano Bilinkis es ingeniero de grabación de bandas grossas como Catupecu Machu y Las Pelotas. También tiene su propia banda de música electrónica. Y alguna vez le ofrecí si quería escribir un post invitado sobre música.

Él aceptó el convite, pero ustedes saben cómo son los hermanos menores, ¿no? Los mayores siempre somos los aburridos, los conservadores, los «estructurados». Los menores, en oposición, son divertidos, arriesgados, transgresores. En fin…

Con ustedes, un post invitado de mi hermano Mariano. ¡Veanlo que está buenísimo y promete una gran discusión!

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Voy a empezar este post haciendo una confesión. Soy consumidor periódico de marihuana. Contrariamente a otras confesiones, me siento liberado al decirlo porque vivo en un mundo que legalmente me lo prohíbe y moralmente me lo condena.

Soy una persona privilegiada con respecto a muchas otras de mi país porque recibí una educación completa y crecí contenido en un hogar lleno de amor y sabiduría. Considero que  fue precisamente este ámbito el que me permitió tomar por completo las riendas de mis riesgos y mis recompensas. Uno de esos riesgos fue probar esta sustancia prohibida y estigmatizada. Lo hice por curiosidad, como suelo hacer con la mayoría de los riesgos que decido tomar. Mi mente de adolescente consideraba que mientras las cosas que hiciese no dañaran a otros, era justo que yo pudiera hacer lo que quisiera con mi vida. Y así fue.