Siguiendo con la serie de posts invitados a los más discutidores, regresa a Riesgo y Recompensa Gabriel Castro Aguilera.
Cuando yo empecé a escribir este blog tenía la expectativa de que otras personas se sumen a esta búsqueda de «salir de la zona de confort». Pero no imaginaba inspirar experiencias como la que Gabriel vivió en su empresa en Uruguay. ¡Estoy muy impresionado! Me pregunto si otras empresas se animarán a seguir el ejemplo de Gabriel, buscando sacarse a sí mismas de su zona de confort.
Dejo que sea él quien les cuente la experiencia.
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En mi compañia somos fanáticos del management innovador. Y también estamos convencidos de lo perniciosa que la «zona de confort» puede llegar a ser para las organizaciones humanas. Fue impulsados por estas motivaciones que, junto a indios, mandos medios y socios de nuestra pequeña startup, decidimos que cambiaríamos nuestras cabezas. Para ello, diseñamos unas dinámicas experimentales in-company basadas en «el método» y en el contenido de Riesgo y Recompensa.
La meta era ambiciosa: revolucionar nuestra empresa, que pese a haber existido apenas unos pocos meses se veía ya amenazada por la abulia y la desidia propia de los confortables crónicos.
Yo soy escéptico, así que no quería que la gente termine perdiendo el tiempo con otra sanata rompeparadigmas. Pero cómo me equivoqué… realmente me dió vuelta la cabeza, me llevó más allá de mi «zona de comfort», a un estado donde el riesgo y el cambio se volvieron íntimos productivos.