¡Que vuelva el corralito!

06-12-2010

A comienzos de diciembre de 2001, apenas unos días antes del desplome económico de la salida de la Convertibilidad, apremiado por las circunstancias, Domingo Cavallo adoptó una medida extrema: el tristemente célebre «Corralito«. Como resultado de esta medida, la gente ya no podía disponer en efectivo del dinero que tenía en los bancos.

Mientras la mayoría se desesperaba y entraba en pánico, yo calladamente celebraba. De manera involuntaria, Argentina se lanzaba al primer gran experimento de virtualizar el dinero, haciendo que prácticamente todas las transacciones económicas estuvieran bancarizadas. Y yo estaba convencido de que el resultado sería revolucionario.

Semanas después vino la devaluación, la «pesificación asimétrica» y el «Corralón« (reprogramación de los depósitos), que implicó una significativa confiscación de los ahorros de los Argentinos. El salvajismo de estas últimas medidas acabó por desatar el odio de los ahorristas, que se volcaron masivamente a las calles y apedrearon por meses las fachadas de los bancos. Así, un aluvión de ira acabó sepultando rápidamente ese osado (aunque forzado) experimento.

Solucionar el Corralón demoró años, pero de todas las locuras que surgieron durante ese caos, hubo una que se normalizó rápidamente: menos de un año después de su entrada en vigencia, Roberto Lavagna dispuso el regreso del efectivo a las transacciones económicas, poniendo fin al «Corralito».

En este post, yo quiero argumentar que es hora de que volvamos a intentarlo.

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El post anterior sobre el uso de dinero en monos generó una gran discusión sobre el supuesto poder corruptor del uso de moneda. Este post es casi una continuación de aquél.

En el debate que siguió, muchos argumentaron que el dinero era solo un medio y que no podía atribuírsele «bondad» o «maldad». Mi opinión al respecto es que, si bien el dinero no crea la corrupción ni las actividades ilegales, es sin duda su gran catalizador: su existencia posibilita y facilita que éstas tengan lugar de un modo que sería imposible de otra forma.

Adicionalmente, al mediar la mayoría de las relaciones entre personas, el dinero nos libera de muchas de nuestras obligaciones morales para con nuestros semejantes, dejando que sea «el mercado» el que regule las relaciones humanas.

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De todas las características del uso de moneda que contribuyen a que actúe como catalizador de la corrupción y la destrucción de los vínculos sociales hay dos que son fundamentales: la falta de trazabilidad y el anonimato. El efectivo posibilita que el valor que el dinero encarna pase de manos sin dejar rastro alguno y sin poner en evidencia la identidad de quienes transaccionan.

Lo verdaderamente revolucionario del Corralito era que, al forzar la bancarización de casi todas las operaciones económicas, el dinero perdía repentinamente estos dos atributos. Todo lo que compráramos o vendiéramos quedaba registrado, dejaba un trazo.

Si el Corralito terminó tan rápido es muy probablemente porque molestaba a algunos, dado que hacía mucho más difíciles las transacciones ilegales. Con el dinero bancarizado, el pago coimas, la venta de drogas, el juego clandestino y muchas otras actividades ilegales o dependientes del anonimato y la falta de trazabilidad de repente se veían notablemente complicadas por la falta de efectivo.

Sin lugar a dudas, si la medida se hubiera cumplido y hubiese perdurado, hubiese entrado en acción el «hecha la ley, hecha la trampa»: algunas de estas actividades habrían recurrido al uso de efectivo en monedas alternativas como el dólar (o incluso a otro tipo de bienes no monetarios) para sostenerse en la ilegalidad. Controlar esos flujos no hubiera sido tarea sencilla pero aún con ellos el efecto «transparentador» hubiera sido notable, incluyendo hacer casi imposible la evasión fiscal para la abrumadora mayoría de las transacciones.

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Incluso ahora, 10 años después, una bancarización completa presenta todavía desafíos muy significativos, especialmente fuera de las grandes ciudades en las regiones más aisladas. Sin embargo, la tecnología ha ido posibilitando la mayoría de las cosas necesarias para lograrla. Sin duda, como viene experimentando Wences Casares, la herramienta central para realizar los pagos debiera ser el teléfono celular, con una penetración en la población cercana al 100%.

La reciente creación de la «cuenta gratuita universal» es un paso enorme hacia la bancarización, al abrir la puerta de los bancos a toda persona que tenga un documento de identidad. Los elevados costos de las transferencias y pagos electrónicos han actuado como una barrera significativa a su adopción como medios de pago. Al regular esos costos, también esa barrera empieza a caer.

Brindar terminales de pago a todo comercio que exista puede parecer también muy costoso, pero otras iniciativas menos trascendentes como la Televisión Digital o la «democratización del fútbol» han encontrado el presupuesto necesario.

En resumen, propongo que la Argentina vuelva a adoptar el «Corralito» (no el «Corralón»), convirtiéndose en el primer país de la tierra que apunte a eliminar el dinero en efectivo. No ya empujada por circunstancias desesperantes sino de una manera planificada y gradual. Abandonar el uso de dinero en efectivo sería una medida de política económica pionera a nivel mundial y mostraría más compromiso de la clase política de terminar con la corrupción, la evasión y la ilegalidad que llenarse la boca proponiendo mano dura o prometiendo persecución a los infractores.

Parece difícil que, siendo una buena parte del financiamiento de la política tan dependiente de estas actividades, algún político levante la bandera de empujar este experimento una vez más. Pero cualquiera que quiera cambiar el juego en serio tiene al alcance de su mano una sola medida capaz de transformar notablemente el escenario y la cultura de la ilegalidad en la Argentina.

Si creen que es una locura, Suecia ya está pensando en hacerlo. Así que si queremos ser los pioneros, hay que apurarse…

Foto: Purpleslog

85 Comentarios

  1. En teoría suena bien, pero creo que estás dejando afuera los desfalcos financieros gigantes que llevaron a la crisis de entonces y la mundial ahora. Todo ese dinero es virtual, y aún asi, hay corrupción, incluso en montos mucho más obcenos. Más aún si tenemos en cuenta la emisión de moneda out-of-thin-air que no tiene ningún respaldo en oro desde hace décadas.

    Los monos no creo que puedan usar dinero virtual, por lo tanto trasladar una situación a otra es cuando menos un poco forzado.

  2. Perdón, y agrego, el dinero virtual favorece a los bancos a tener acceso a tu dinero por gastos administrativos fantasma que cambian a antojo. Nadie lee la letra chica, me dirás. No podés estar dedicándole la vida a prever cada centavo que te cobra el banco y que te «roba» por goteo. No es negocio, pero para el banco sí lo es.

    Si todas las cuentas fueran gratuitas como las que planteó el Banco Central hace poco, ahi tendría un poco más de sentido.

  3. Hola,
    además de la trazabilidad y blanqueo la posible eliminación de la corrupción y evasión fiscal, sería un gran paso para contra la ineficiencia.
    no habría más colas en los bancos, salideras bancarias, reduciría el gasto en seguridad (industria que genera inflación, ya que no produce), etc.
    en mendoza, en promedio y en forma no científica, hay al menos 10 personas por hora, haciendo una cola de al menos 20 minutos en cada una de las más de 60 sucursales bancarias (de cualquier marca) que hay en el gran mendoza.
    Si estimamos un valor de la hora en ARS 18 (Sueldo básico mensual de aprox ARS 2800) más el costo de oportunidad (cada persona que está ahí, está perdiendo la oportunidad de hacer algo más productivo) del 60% del valor de la hora, llegamos la conclusión de que por día, solo en este estimado no científico (está claro que no soy economista) algo así como ARS 25000.00 (Medio millón de ARS al mes y más de 6 millones de ARS al año!)
    todo esto, solo en esperas en el banco! y solo en el Gran Mendoza! (se aceptan observaciones y sugerencias. insisto, no soy economista)

    saludos!
    Aereal
    ps. mi web está en construcción, no pierdan el tiempo en intentar verla.

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