16-12-2009
Hace unos días, conté en un post sobre el 20 aniversario del fin de mi secundaria y compartí el de Juan Taratuto, el primero de los discursos que se dijeron ese día.
Acá va el segundo, escrito por Juan Pablo Varsky, un periodista al que admiro mucho. El discurso es breve. Tiene algunas referencias muy «del Colegio» pero igual creo que vale la pena compartirlo. Espero que les guste!
Discurso de Juan Pablo Varsky en el Acto por el 20° aniversario del final del Colegio
20 años no es nada, dice el tango. Pero aquí no volvemos con la frente marchita. Al contrario, volvemos felices a un lugar que nunca vamos a olvidar. Al que siempre vamos a pertenecer. Porque de eso se trata, de pertenencia. De sentir que el colegio es nuestro. Y que nosotros somos parte del colegio.
¿20 años no es nada? Y…en computación aprendimos con la Texas Instruments, o con la Commodore 64. Hoy, nos comunicamos por Internet y a través de una red social llamada Facebook. Del plan Megatel para conseguir un teléfono de línea, pasamos a 40 millones de teléfonos celulares. De una televisión con cinco canales, a un sistema de cable con casi 100. En estos años, las comunicaciones hicieron la, hasta ahora, última revolución. Pero esto no alcanza para medir cuánto hemos cambiado.
“El tiempo pasa, nos vamos poniendo tecnos”, canta Luca Prodan en su versión de “Años”. Justo Luca, que venía bastante seguido por acá. Al subsuelo, a tomarse una ginebra. Luca también dijo que lo que cambia es la tecnología pero que el hombre sigue siendo el mismo. Y más allá de las cosas que le han pasado a cada uno de nosotros en este largo tiempo, creo que en algún punto seguimos siendo los mismos que hace veinte años.
Fuimos la primera generación íntegramente democrática del Colegio. Llegamos en 1984, con el fervor alfonsinista. Y nos fuimos en 1989 con los primeros días de Menem. Y fuimos un montón. Nos agruparon en catorce divisiones, récord para un primer año. Cambió el rector, volvió la militancia en, por ejemplo, Derechos Humanos. Y nosotros estábamos ahí, protagonizando un cambio pero sin tenerlo muy en claro. Había vuelto la política.
Todavía éramos la “elite intelectual”, un mote que venía más de afuera que de adentro. Más allá de cierta envidia , en esa expresión había un reconocimiento a esa mística que el Colegio tenía. Y estudiábamos. Mamita, había que estudiar en el Buenos Aires ochentoso. Había profesores temidos y el intercambio en los recreos ayudaba a compartir las malas noticias. “Uy, te tocó la Massanisso en Geografía? A mí me tocó la Braga Menéndez en Química…o la Pérez en Latín”.
A contraturno, conocimos el Campo de Deportes. Puerto Madero ni siquiera era un proyecto. Por suerte, y por la acción de alumnos y ex alumnos, el Campo resistió el vendaval de construcciones y sigue ahí como bastión de la resistencia.
Si no fue el primer beso, fue el primer desengaño en silencio; pero nadie egresó el Colegio sin morirse de amor adolescente alguna vez.
Festejamos el último Mundial de fútbol! México 86 nos encontró en tercer año y rateados para ir a festejar a la Plaza de Mayo con el equipo de Maradona y Bilardo.
Han pasado 20 años. Años en los que uno pasa de ser hijo o hija a ser papá o mamá. Años en los que uno se desarrolla y se realiza profesionalmente. Años en los que uno se convierte en hombre o en mujer. Y si solamente miráramos estos 20 años, todos nos vemos muy distintos de lo que fuimos acá en el Colegio. Pero al reconocernos diferentes, nos damos cuenta de que algo nos une y nos hace iguales. Nos vincula definitivamente. Podemos llamarlo mística, marca, pertenencia o identidad. Es el Cenbailongo, el interdivisional de fútbol, El Idiotaire…y cada uno de los códigos compartidos por cada una de las divisiones. Es el lugar que elegimos para empezar a ser lo que hoy somos. Y seguramente, si hoy somos lo que somos, fue porque un día decidimos estudiar en el Colegio.
Y hoy, en este regreso, nos damos cuenta de que algunas cosas nuestras están intactas. Al final, el tango tiene razón: 20 años no es nada. Muchas Gracias.
Santiago:
Por cosas de la vida, el otro dia tuve que ir hasta el colegio adonde hice la primaria.
Me cruce con gente que hacia tiempo no veia, las sensaciones son raras, como desencontradas.-
Es cierto que te miras con los otros y ves el cambio.
Pero yo me llevo lo mejor de las cosas, los momentos con mi amigos, las corridas por las galerias, el olor al piso de madera de algunos de mis aulas, los dias de escenario!
Que se yo, miles de cosas, que te pasan en esos minutos por la cabeza!
Te alimentan el alma por asi decirlo.-
Es un post muy bueno, el del los 20 años de todos ustedes!!
Un abrazo!
Ufff!!! Yo hace algunos días tuve la reunión de los pimeros 10 AÑOS!!!!! Que mezcla de nostalgia y alegría!! Pero mi mayor SORPRESA fue descubrir que los más ¨vagos y rebeldes¨ de aquellos años terminamos siendo abogados, licenciados y/o profesionales con nuestros propios proyectos….!!! Será que ésa ¨llamita¨ que en muchos lugares quisieron apagarnos y en nuestra secundaria ciertos ¨personajes¨ del colegió nos incentivaron (no lo de vagos, por supuesto…) terminó siendo el factor diferencial que nos formó nuestro espiritu aventurero y emprendedor??? Mmmm…a veces es para reflexionar el modelo que emplea el sistema educativo actual para augurar un ¨futuro exitoso¨ en los chicos….
En fin, ya lo decía un pensador frances hace siglos ¨EL CONOCIMIENTO ES TODO LO QUE QUEDA, UNA VEZ QUE TE OLVIDASTE DE TODO LO QUE TE ENSEÑARON EN LA ESCUELA¨ 😉
P.D: Ah!! muchos de los ¨vagos y atorrantes¨ de aquella época estamos creando una ¨asociación de amigos y ex alumnos¨ de nuestro colegio que es Municipal y ya no cuenta con el presupuesto adecuado para poder seguir brindando una educación ¨digna¨…Nuestra humilde manera de devolver ALGO de lo que nos dió!!! 🙂
Abrazos!!!
Qué tema el de la nostalgia… Tantas cosas para revivir si fuera posible; tantas ganas de volver un rato a esas épocas… Los ingeniosos trucos para tirarse lances con las chicas; las miradas cómplices con los compañeros con los que estabas por hacer -o había hecho- alguna cosita «non sancta»; los brevísimos recreos que siempre parecían durar menos de lo esperado; los amores inconclusos o nunca iniciados que, en su momento, parecían la razón máxima para ir al colegio…
Otro excelente post, y muy emocional. ¡Gracias Santiago y Juan Pablo!
Asi es ..todos cargamos con una mochila , y en ella depositamos muchas mas cosas que cuadernos , gomas y lapices …es mucho mas pesada y pegajosa .
Aquel dicho que en este caso seria ´´lo que pasò en el Colegio nacional BA , queda en el BA ´´ no creo que aplique , ya que cada uno de uds , como cada uno de nosotros lleva en algun punto , el sello del cole en sus actitudes para con los demas , marcando la impronta personal de cada institucion , que en mayor o menor medida ,para bien o para mal , nos inculca el centro educativo a la que concurrimos .
Tener un pasado en comun no es poca cosa , pero tenerlo con gente con la que pasaste entre 7 y 12 años de tu vida en momentos de tanto cambio y de formacion de tu ser …es algo que no nos abandonarà nunca .