El teléfono celular no existe más. Si bien tenemos la costumbre de llamar a esto “teléfono inteligente” o «smartphone», esto no es más un teléfono que una cámara de fotos, un GPS, un televisor, una consola de juegos, un navegador de internet o un equipo de música. Seguimos llamándolo «teléfono» por una cuestión de inercia, pero en realidad es simplemente una super computadora de bolsillo.
Porque, como hace 60 años descubrió el genial Alan Turing, las computadoras son “máquinas de propósito general”, es decir, una máquina que no tiene una función específica sino que puede hacer casi cualquier cosa dependiendo del software que se le cargue. Con la programación adecuada puede ser lo que queramos que sea. Esto, que vivimos con total naturalidad, hubiera dejado perplejos a cualquiera de los grandes genios de la historia, como Da Vinci, Newton. Es que hasta ese momento, cada tarea requería de un equipamiento especialmente diseñado para ese único fin.